domingo, 6 de diciembre de 2009

IMPORTANCIA RELATIVA Y RIESGO DE AUDITORÍA

La importancia relativa representa el importe acumulado de los errores y desviaciones de principios de contabilidad, que podrían contener los estados financieros sin que, a juicio del auditor y a la luz de las circunstancias existentes, sea probable que se afecte el juicio o decisiones de las personas que confían en la información contenida en dichos estados. Se debe juzgar el efecto cuantificado en relación con los estados financieros tomados en conjunto; sin embargo, también se deben considerar algunos aspectos cualitativos tales como: una revelación o presentación inadecuado, la importancia de un rubro espeífico para la empresa en particular (por ejemplo, inventarios para una empresa industrial), el hecho de que el error o desviación afecte varios rubros de los estados financieros, etcétera.
El auditor debe establecer el límite de la importancia relativa basado en un juicio profesional, considerando las necesidades o espectativas de un usuario normal y razonable de los estados financieros razonados.
En los aspectos que deben considerarse para determinar la importancia relativa, se deben incluir tanto factores cuantitativos como factores cualitativos; sin embargo, el resultado deberá cuantificarse siempre que sea posible, para juzgar su efecto en los estados financieros; por ejemplo, el hecho de que los inmuebles este hipotecados de por sí será un hecho importante; sin embargo, si el valor de dichos inmuebles es muy bajo, podrá no ser necesario revelarlo en los estados financieros auditados o incluso ni siquiera investigar la posible existencia de gravámenes sobre esos activos.

RIESGO DE AUDITORÍA

El riesgo de auditoría representa la posibilidad de que el auditor pues dar una opinión sin salvedades sobre unos estados financieros que contengan errores y desviaciones de los principios de contabilidad, en exceso a la importancia relativa.
Al considerar la responsabilidad del auditor para obtener una seguridad razonable de que los estados financieros están libres de errores importantes, no hay una distinción importante entre errores e irregularidades o fraudes. Sin embargo, existe una distinción en la respuesta del auditor a los errores detectados. Generalmente, un error importantes o aislado en el procesamiento de la información contable o al aplicar los principios de contabilidad no es importante para el auditor. Por el contrario, cuando se detecta un fraude, el auditor debe considerar las implicaciones respecto a la integridad de la administración o de los empleados y el efecto posible en otros aspectos de la auditoría.
El riesgo de la auditoría está integrado por el efecto combinado de los tres diferentes riesgos que explican a continuación.

  • RIESGO INHERENTE
    Representa el riesgo de que ocurran errores importantes en un rubro específico de los estados financieros o en un tipo específico de negocio, en función de las características o particulares de dicho rubro, (cuenta, saldo o grupo de transacciones) o negocio, sin considerar el efecto de los procedimientos de control interno que pudiera existir.
  • RIESGO DE CONTROL
    Representa el riesgo de que los errores importantes (que excedan a la importancia relativa al agregarse a otros errores) que pudieran existir en un rubro específico de los estados financieros, no sean prevenidos o detectados oportunamente por el sistema de control interno contable en vigor.
  • RIESGO DE DETECCIÓN
    Representa el riesgo de que los procedimientos aplicados por el auditor no detecten los posibles errores importantes que hayan escapado a los procedimientos de control interno.
    El riesgo inherente de una cuenta y las características propias de la misma, determinará su propensión al fraude, en cuanto al riesgo de control es responsabilidad de la administración, el diseño e implementación y mantenimiento de los controles internos necesarios para mitigar la posibilidad de fraude. El auditor con base en el riesgo inherente de la cuenta y los controles internos establecidos, debe diseñar los procedimientos de auditoría que le permitan conocer en su caso, la presencia de fraude que pudiera tener un efecto importante en los estados financieros sujetos a examen.
    El riesgo de control disminuye en la medida en que aumenta la efectividad con que el sistema de control interno alcanza los objetivos, el riesgo de control nunca desaparecerá totalmente, aun cuando se alcancen todos los objetivos del sistema del control interno, debido a las limitaciones inherentes a cualquier sistema de esta tipo.
    El muestreo en la auditoría, una parte del riesgo de detección se origina en el hecho de que normalmente no se examina la totalidad de la partidas que integran una cuenta o un rubro de los estados financieros, (riesgo de muestreo) y otra parte se origina por la posibilidad de seleccionar un procedimiento inadecuado, aplicar incorrectamente un procedimiento o interpretar erróneamente los estados obtenidos.
    Los riesgos inherentes y de control, existen en forma independiente de la auditoría, la función del auditor consiste simplemente en evaluarlos adecuadamente, lo cual en la práctica pueden hacerse en forma independiente o combinada.
    El riesgo de detección lo establece el auditor al determinar la naturaleza, alcance y oportunidad de sus pruebas sustantivas, las cuales pueden ser aplicadas en forma selectiva a los elementos que integran los saldos o transacciones o bien pueden consistir en procedimientos de revisión analítica.
    El riesgo de detección se debe establecer en relación inversa a los riesgos inherentes y de control. A menor riesgo inherente y de control, mayor puede ser el riesgo de detección que acepte el auditor (pruebas más sencillas), sin embargo para las cuantas o grupos significativos de transacciones no se pueden eliminar totalmente las pruebas sustantivas aun cuando los riesgos inherentes y de control sean bajos.

APLICACIÓN DE LOS CONCEPTOS DE IMPORTANCIA RELATIVA Y RIESGO DE AUDITORÍA

La determinación de la naturaleza, alcance y oportunidad de los procedimientos de auditoria, así como la evaluación del resultado de dichos procedimientos, deben basarse, entre otros aspectos en los conceptos de importancia relativa y riesgo de auditoría.
El auditor debe considerar las conceptos de importancia relativa y riesgo de auditoría en ambas fases: a)Al planear la auditoría y diseñar los procedimientos de auditoría b) evaluar si los estados financieros tomados en su conjunto están presentados razonablemente en todos los aspectos importantes, de acuerdo con los principios de contabilidad generalmente aceptados.
En la fase de planeación el auditor considera estos concptos para asegurarse de que obtendrá la evidencia suficiente y competente que le servirá para que, en la fase de evaluación de resultados, pueda juzgar si, en su opinión, los estados financieros están presentados razonablemente de acuerdo con principios de contabilidad generlmente aceptados.


LA PLANEACIÓN DE LA AUDITORÍA


Los conceptos de importancia relativa y riesgo de auditoría adquieren una relevancia especial en la fase de la planeación y diseño de los procedimientos a aplicar, ya que, de no considerarse estos conceptos en forma adecuada, el auditor puede llegar a la etapa final de su trabajo y encontrar que no tiene evidencia suficiente, competente que le permita soportar su opinión, o lo que es peor, se puede materializar el riesgo de emitir una opinión sin salvedades sobre estados fiancieros que contengan errores o desviaciones de principios de contabilidad, en exceso a la importancia relativa.


LA IMPORTANCIA RELATIVA EN LA PLANEACIÓN DE LA AUDITORÍA


En la etapa de planeación, el auditor generalmente debe establecer el nivel de importancia relativa sobre unos que aún no se han preparado. Hay que recordar que las etapas de planeación normalmente se llevan a cabo varios meses antes del cierre del ejercicio. Al nivel de importancia relativa que se determina en éstas condiciones se le puede denominar, para efectos prácticos, importancia relativa de planeación.
Al determinar la importancia relativa de planeación, el auditor debe aplicar su criterio y experiencia para elegir los mejores elementos disponibles como pueden ser, estados financieros a una fecha intermedia(considerando posibles cambios por estacionalidad), estados financieros anualizados, estados financieros presupuestados(siempre y cuando exista una buena experiencia de cumplimiento con el presupuesto), estados financieros auditados de años anteriores(estimando los efectos de inflación y cambios en volumen), etcétera.
En virtud de que el auditor no pude anticipar todos los elementos que existirán a la fecha en que evaluará los resultados obtenidos y preparar su informe, el nivel de importancia relativa de planeación, normalmente diferirá del que determine finalmente para efectos de evaluación. Si éste úlitmo resulta menor, la evidencia reunida puede no ser suficiente y el auditor tendría que evaluar la necesidad de ampliar algunos de los procedimientos aplicados.


EL RIESGO DE AUDITORÍA EN LA ETAPA DE LA PLANEACIÓN


Debe considerarse por el auditor al nivel de los estados financieros tomados en conjunto. Sin embargo, en virtud de que la mayoría de los procedimientos de auditoría se aplican sobre saldos de cuenta o grupos de transacciones, el riesgo de auditoría debe considerarse también a ese nivel, en sus tres componentes explicados previamente
Se considera el riesgo de auditoría al nivel de los estados financieros durante la etapa de planeación. En este momento, el auditor evalúa un riesgo general con base en su conocimiento de la empresa, giro del negocio y ambiente de control. Este último se forma por aspectos tales como la estructura organizacional, la calidad de la administración, el funcionamiento del consejo de administración, las políticas de personal, el funcionamiento de auditoría interna, vigilancia de organismo externos (como la comisión nacional bancaria), etecétera.


LA EVALUACIÓN DE LOS RESULTADOS

La evaluación del riesgo de auditoria puede ir cambiando durante el curso del mismo.

Al evaluar la evidencia reunida para determinar si los estados financieros están razonablemente presentados de conformidad con principios de contabilidad general aceptados, el auditor determina el nivel de importancia relativa para propósitos de evaluación, el cual, como ya se indico, puede ser diferente al nivel que determino previamente para propósitos de planeación. Posteriormente el auditor debe estimar el efecto total de los errores y desviaciones de principios de contabilidad encontrados en las diferentes cuentas o grupos de transacciones, para verificar que no exceda la importancia relativa.

El monto acumulado de los errores debe incluir el mejor estimado del auditor acerca del total de los errores en las cuentas de balance o en las clases de transacciones que se ha examinado. Cuando el auditor hace una prueba en una cuenta de balance o una clase de transacciones y las aseveraciones relacionadas por medio de un procedimiento analítico, normalmente no identifica en forma específica de los errores


El riesgo de errores en los estados financieros generalmente es superior cuando las cuentas de balance o las clases de transacciones incluyen estimaciones contables más información de hechos consumados debido a la inherente subjetividad de estimar futuros eventos.

Si el auditor concluye, basado en la acumulación de evidencia material suficiente, que el conjunto de errores posibles causa que los estados financieros tuvieran errores importantes, el auditor deberá pedir a la administración el eliminar los errores. Si los errores importantes no son eliminados el auditor deberá emitir una opinión con salvedad o una opinión negativa en los estados financieros.

Si el auditor concluye con el conjunto de errores posibles no causa que los estados financieros contengan declaraciones erróneas importantes, el auditor debe reconocer que aun pudieran contener errores importantes como resultado de errores todavía no detectados. A medida que el conjunto de errores posibles aumenta, el riesgo que los estados financieros pudieran contener errores importantes también aumenta.

Al acumular los errores posibles y conocidos que la entidad no ha corregido, el auditor pudiera determinar un monto máximo de errores que no necesitan ser acumulados. Este monto deberá ser establecido de tal forma que ninguno de esos errores, ya sea en lo individual o en su conjunto con otros errores, no sea importante para los estados financieros, después de la posibilidad de considerar la existencia de posibles errores futuros no detectados.




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